sábado, 23 de noviembre de 2013

Mi increíble sueño hecho realidad !!!


Hola desastrosos:

Creo que hoy es uno de los días más felices de mi vida. Me he enterado de que he ganado el 2º premio en un concurso regional!!!!!! Antes de nada voy a explicarlo más sosegada y calmada. Aunque creo que no puedo ;). En toda Andalucía han hecho un concurso de historias sobre la solidaridad. Hay dos fases: la provincial y la regional. En la fase provincial de Córdoba he quedado segunda, por lo tanto el premio que he ganado es una vídeo cámara digital :). Es increíble !!!!! Todavía estoy alucinando. Me da miedo que si me pellizco todo esto solo será un sueño y me despertaré con un moratón. Aaaaaaahhh!!!! Aparte de un círculo medio morado en mi antebrazo nada ha cambiado, eso por lo menos significa que si que he ganado el premio. El lunes en Córdoba en un lugar cuyo nombre no me sé me lo entregan junto al primer@ y tercer@ de la provincia. Además el 5 de diciembre en Sevilla en un sitio que no sé, se hace una ceremonia y van todos los premiados ya sean de una provincia u otra. Lo malo es que hay gente delante en la entrega y en lo otro. Yo soy más bien tímida. Mi familia ( Inés incluida) y alguna que otra amiga viene, eso me tranquiliza un poco, pero no mucho.Estoy muy nerviosa, espero no fastidiarla :(. Os voy a dejar la historia aquí debajo, por desgracia es algo larga, espero que os guste y  que la disfrutéis. Espero no fastidiarla en la entrega de premios. Deseadme suerte. Chao.

 
LOS OJOS DE LA TRISTEZA

A Ángel el viento le revolvía el pelo negro y se lo llenaba de arena, pero a él no le importaba. No podía apartar la vista de ella. Su pelo moreno ondeaba al viento y sus preciosos ojos color miel que miraban por la ventana del jeep relucían como topacios, tenía la piel morena del sol de Madrid, sus labios eran rojos y delgados, iba vestida una una camisa de manga corta blanca y unos pantalones pirata marrones que se le ajustaban perfectamente a sus esbeltas piernas. La arena le entraba en los ojos castaños y tuvo que dejar de mirar a su bella acompañante. Todavía no podía creerse todo lo que había pasado hasta llegar allí. Había cogido un avión desde Madrid a Argel en Argelia. Luego alquilaron un jeep para ir a Addis Abeba la capital de Etiopía, su objetivo. Y todo eso solo lo había hecho por complacer a su amiga.

Desde que eran pequeños, de unos 8 años, Azahara siempre se ha preocupado por la pobreza de los países africanos. Desde esa edad empezó a donar muchos objetos y alimentos a las ONG. A Ángel siempre le ha parecido que Azahara estaba obsesionada pero desde los 12 años ha estado enamorado de ella y por eso ahora la está siguiendo en su locura de idea de ir a Etiopía. Pero toda esta historia empieza muchos años después.

Cuando Azahara cumplió 18 años se independizó y dedicó 4 años de su vida
trabajando en Manos Unidas de Madrid. Durante el año siguiente Azahara estuvo planeando el viaje a Etiopía. Ángel no entendía por que Azahara estaba tan obsesionada con la beneficencia, él no piensa que eso sea lo correcto, él cree que hay que darle trabajo a las personas para que se puedan ganar la vida y no dárselo todo en bandeja de plata. Pero Azahara desde los 8 años ha tenido la necesidad de ayudar a los demás.

Pero todo la historia empieza un poco antes. Azahara de pequeña era una niña bastante caprichosa, quería siempre los más novedosos juguetes y la ropa más chic. A sus padres no les importaba ya que poseían un gran capital. Pero todo eso cambió un día que Azahara volvía del colegio con una niñera. Justo en la esquina de su edificio había un niño más o menos de su edad con la piel marrón chocolate, el pelo negro rapado a cero y unos enormes ojos castaños inundados en tristeza. Las pocas ropas que llevaba, a pesar de ser invierno, le quedaban muy anchas y apenas le tapaban. La camisa de manga corta dejaba ver unos escuálidos brazos extendidos buscando alguna limosna para tener un bocado que llevarse al estómago. Mucha gente puede pensar que esa visión no es gran cosa y que hay un niño o niña como aquel en cada esquina pero para Azahara ese niño cambio su visión de como era el mundo.
Empezó a pensar que había muchos niños como aquel que vivían así, aunque no se puede decir que eso se le pueda llamar vida, mientras ella tenía todos los manjares que quisiera y toda la ropa que deseara. Desde aquel mismo instante Azahara cambió por completo. Lo primero que hizo nada más llegar a su casa fue coger toda la comida que podía llevar y varios abrigos bajo hasta la calle para entregarle todo a aquel pobre niño.

Cuando la niña vio la cara de felicidad de aquel niño se sintió enormemente feliz, mucho más feliz de lo que se sintió al conseguir su muñeca favorita. Desde ese mismo instante Azahara dedicó toda su vida a ayudar a cualquier desgraciado fuera de la edad que fuese. Conoció a Ángel en una recaudación de juguetes para niños pobres cuando ella tenía unos 10 años. Se conocieron en un parque que había justo al lado de la iglesia donde recaudaban los juguetes. Azahara se fijó en él por que era muy guapo. Tenía los ojos castaños como el chocolate que miraban de una forma pícara y divertida y el pelo del mismo color, era bastante alto y atlético, no ha cambiado desde ese día en que se convirtieron en amigos inseparables. Ahora Azahara desde la parte trasera de ese jeep mira las dunas de un desierto cuyo nombre no recuerda. Cierra la ventanilla y echa un vistazo a su amigo. Parece que se ha dormido. Ella recuerda el día en que se conocieron, realmente su amigo no ha cambiado nada. Vuelve a mirar por la ventana y a lo lejos cree vislumbrar la ciudad de Addis Abeba. Con un leve zarandeo despierta a Ángel:

-Ya estamos llegando así que procura no dormirte.- dice mirando como su amigo se despereza.
-Ahora que consigo dormirme. Soy un gafe en toda regla.- dice con una mueca en la cara.
Azahara sonríe y se vuelve. Efectivamente queda poco para llegar a su destino. Al cabo de 20 minutos llegaron a la gran ciudad. El jeep los dejó a las afueras. Pero el centro de la Cruz Roja solo estaba a un par de manzanas de allí. Al llegar pensaron que se habían equivocado por que había una enorme cola de gente en la puerta. Pero efectivamente ese era el edificio que buscaban ya que una enorme cruz roja en la fachada les indicaba que ese era el lugar. Se acercaron a un par de mujeres con sus hijos en brazos:
-Perdonenos señoras pero, ¿donde hay que ponerse o ir al voluntariado?- dijo Ángel con una sonrisa.
-¿Sois voluntarios?- dijo una de las mujeres a la que se iluminaron los ojos.
-Si lo somos, ¿por donde es?- preguntó Azahara.
-Por aquella puerta.- dijo la otra mujer señalando una puerta apartada en un extremo de la fachada.
Ellos se dirigieron a esa puerta sin más demora. Al atravesar la puerta se encontraron en una estancia pequeña en la que había un mostrador blanco y detrás había una mujer con cara desesperada. Al entrar miró con desgana hacia la puerta y al vernos sus ojos brillaron.
-¿Son voluntarios?- dijo con esperanza.
-Si lo somos.- dijo Azahara antes de que Ángel abriera la boca.
-¿De que rango?- al ver nuestra cara aclaro.- ¿Para niños o adultos?
-Niños.- contesto Azahara una vez más.
-Pasen por aquí.- dijo señalando una puerta a su derecha.
Ellos entraron por la puerta y el panorama era desolador. Todas las camillas estaban medio rotas y sucias. Había grandes capas de polvo cubriendo el suelo. Los niños estaban acostados sobre las maltrechas camas. La única persona que vigilaba ese lugar era un hombre más o menos de su edad, de pelo rubio platino y ojos azules como el mar.
Era bastante alto y Ángel tuvo que admitir que tenía una sonrisa preciosa. Y sostenía un bulto envuelto en mantas. En cuanto se dio cuenta de la presencia de los dos jóvenes se acercó a ellos. Se dieron cuenta conforme se iba acercando que el bulto envuelto en mantas era un niño pequeño. El chico tendió el niño hacia Ángel con intención de que lo cogiera. Él lo cogió y mientras el chico se iba atrás a por una ropa más adecuada par trabajar allí, Ángel miró al niño que le devolvió la mirada. El niño era muy pequeño, Ángel tenía la impresión de que se le podía escurrir entre los brazos. Su tez era negra, tenía el pelo rapado al cero, su cuerpo totalmente esquelético hacía que al cogerlo se te clavaran todos los huesos de ese pequeño cuerpecito. Pero lo más impactante eran sus ojos. Eran muy grandes, de un color marrón claro y expresaban una tristeza inmensa. Ángel nunca había visto unos ojos que reflejaran tanta hambre y tristeza. Esa mirada cambió la forma de pensar de Ángel. Entonces sin previo aviso Azahara besó a Ángel. De la impresión Ángel no supo reaccionar. Desde ese beso que unió a Ángel y Azahara empezaron a emplearse a fondo en ayudar a otras personas. Juntos crearon su propia organización benéfica y todavía siguen ayudando a todo tipo de personas y son muy felices juntos. Gracias a ellos muchas personas consiguieron un techo bajo el que vivir y comida para mucho tiempo. Esto demuestra la necesidad del voluntariado en las ONGs.

Rosa


4 comentarios:

  1. ¡FELICIDADES! ¡Precioso relato! no me extraña que te dieran el premio, sigue así

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    1. Muchas gracias. Estoy muy orgullosa de el y espero escribir muchos más así.

      Rosa

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  2. No me extraña que te hayan dado el premio, lo increíble es que no haya sido el primero. Sigue así

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